El artículo reflexiona sobre el destino ruinoso y las estrategias patrimoniales de dos lugares usados en contextos de violencia: Patio 29 del Cementerio General de Santiago de Chile y los nichos de los Columbarios del Cementerio Central de Bogotá en Colombia. El análisis parte de la premisa que a pesar de que las administraciones del patrimonio se inspiran en una idea positivista de la memoria, estas han sido ineficaces en evitar procesos de ruinificación de los lugares. Lo que se demuestra, es que hay condiciones naturales y sociales que contradicen los principios patrimonialistas, situación que puede tener a la ruina como resultado. En este desencuentro, la ruina, por su carácter controversial, historiza los lugares y permite actualizar las narrativas en torno a la memoria. El artículo concluye que las ruinas – en tanto materialidad, afectividad y relato de una memoria – son expresión de estas contradicciones al interior de la sociedad.