Inauguración año académico Doctorado en Territorio, Espacio y Sociedad (D_TES) Escuela de Postgrado Faculta de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile,
Santiago, 17/04/2019
Francisca Márquez
Departamento de Antropología Universidad Alberto Hurtado
Las ruinas indias
“¡Que hermosa era Tenochtitlán, la ciudad capital de los aztecas, cuando llegó a México Cortés! Era como una mañana todo el día, y la ciudad parecía siempre como en feria. Las calles eran de agua unas, y de tierra otras; y las plazas espaciosas y muchas; y los alrededores sembrados de una gran arboleda” (p.306-307)
Fue en 1889, que el escritor cubano José Martí publicó Las Ruinas Indias. En este texto, escrito con fines pedagógicos, Martí recorre con su mirada las ciudades mexicanas antes de la llegada de Cortés, y el destino que ellas sufrieron: “De toda aquella grandeza, nos dice Martí, quedan en el museo unos cuatro vasos de oro, unas piedras como yugo, de obsidiana pulida, y uno que otro anillo labrado. ¡Tenochtitlán no existe! No existe Tulán, la ciudad de la gran feria. No existe Texcoco, el pueblo de los palacios. Los indios de ahora, al pasar por delante de las ruinas, bajan la cabeza, mueven los labios como si dijesen algo, y mientras las ruinas no le queden atrás, no se ponen el sombrero. De ese lado de México […], no quedó después de la conquista una ciudad entera, ni un templo entero (p.308).
Ciudades ruinas que son “como un libro de piedra. Un libro roto, con las hojas por el suelo, hundidas en la maraña del monte, manchadas de fango, despedazadas. Están por tierra las quinientas columnas de Chitchén – Itzá; las estatuas sin cabeza, al pie de las paredes a medio caer; las calles, de la yerba que ha ido creciendo en tanto siglos, están tapiadas” (p.310).